miércoles, 26 de septiembre de 2007

La sinuosa senda de la pluma

Preguntando se llega a Roma, decían. Y también al origen de las estirpes, digo yo ahora. Aprovechando el estío y las reuniones familiares, he indagado en tiempos pretéritos, concretamente en los menesteres de mis antepasados inmediatos, y he descubierto el por qué de mi afición por la palabra; esa mosca no me picó a mí, yo sólo he heredado el delicioso veneno de manos de quien sufrió la picadura. Por él empiezo a desentrañar esta saga -someramente, eso sí -, ya que fue el primero y el más ilustre.

Mi tío tatarabuelo, Modesto Sánchez Ortiz, natural de Aljaraque, fue un conocido periodista de finales del siglo XIX. Publicó varios libros sobre esta práctica, y aunque seguramente hizo muchas más cosas de las que he podido averiguar, sí ha trascendido la más notable de ellas: el por entonces presidente del Gobierno, Práxedes Mateo Sagasta, le recomendó como director al Conde de Godó, propietario del periódico La Vanguardia, y éste aceptó. Por entonces era poco más que un diario caciquil que publicaba avisos de prensa, y gracias a su docta mano empezó a convertirse en lo que es ahora. Tras acceder a la dirección en 1888 comenzó a hacer de La Vanguardia un periódico moderno y profesional, más alejado de la política, e incluyó como colaboradores fijos y esporádicos a intelectuales y artistas de la época, entre los que figuraba el ilustre pintor Santiago Rusiñol, buen amigo suyo, quien le pintó el siguiente retrato, allá por 1898.

Abrió sus páginas a todas las manifestaciones artísticas y a las personas más representativas de la sociedad, creando una nueva filosofía de trabajo que sus sucesores fueron perfeccionando hasta terminar de hacer La Vanguardia un diario al nivel de los más ilustres. Con la cautela de quien no ha visto con sus propios ojos, me atrevo a decir que realizó un meritorio trabajo.

En él empieza la dinastía periodística, pero lógicamente no acaba. Su hermano menor, mi tatarabuelo, Gerardo Sánchez Ortiz, también se dedico a la disciplina. Fue periodista, corresponsal de varios periódicos extranjeros, franceses y portugueses sobre todo, y uno de los fundadores de la Asociación Nacional de la Prensa. Al final de su vida cultivó una curiosa manía: mientras leía un libro, tras finalizar una página, en vez de pasarla y unirla al montón de las ya vistas, la arrancaba sin contemplaciones.

Su primogénito, mi bisabuelo, Modesto Sánchez Monreal, fue precisamente vocal de la Asociación de la Prensa, además, como no, de periodista. Creó la agencia Notisport, de temática deportiva, y la agencia de noticias Febus, la cual, tras unirse a la agencia Fabra, dio lugar a la por hoy todos conocida agencia EFE. Algunos niegan este punto de partida, y añaden que se llama así por ser ésta la inicial del nombre y el apellido del Caudillo, pero según he leído, tomó esa denominación al ser la primera letra de las dos agencias que la originaron. Así mismo, fue redactor del prestigioso periódico La Voz, al igual que de su versión vespertina El Sol. El carácter deliberadamente liberal de la publicación le costó la condena a muerte, aunque afortunadamente sólo pasó unos años en la cárcel. Su hermano Fernando, sin embargo, sí fue asesinado. Era también periodista, el otro fundador de Febus, y padre del hoy famoso presentador y escritor Fernando Sánchez Dragó. La hermana de mi bisabuelo, Alicia Sánchez Monreal, no siguió los pasos de sus dos hermanos, pero dio a luz a la conocida escritora Lourdes Ortiz.

Y por último, desmenuzando los estratos que sí he tenido la suerte de conocer, revelaré que mi abuelo -de nombre Modesto, como os podéis imaginar- fue también periodista, aunque ejerció sólo de colaborador, en periódicos como Las Provincias. Si bien mi madre, aun siendo amante de las letras, optó por la filología, mi tía y madrina sí continuó la tradición, y hoy trabaja en el gabinete de prensa de una conocida empresa nacional. No, ella no se llama Modesta, si es lo que estáis pensando.

Y yo, pues… tengo este blog.


Por el momento…

3 comentarios:

Cobo dijo...

Por el momento... pero no tengo duda de que llegarás a mucho más.

Estás destinado a ser grande.

¡Sayonara!

Nacho dijo...

Jejeje como dicen en 'El último samurái', un hombre hace lo que puede hasta que su destino le es revelado, aunque pienso que siempre hay que poner de la parte de uno, y eso hago. Lo de no llevarlo en los genes no me vale de excusa, como ves.

Unknown dijo...

Hola Nacho, resulta que hace unos días me acabo de enterar que Modesto Sánchez Ortiz está entre mis antepasados. Mi padre es de Aljaraque, de donde era Tomasa Ortiz, la madre de Modesto. Por otro lado, sé que la madre de mi abuelo se llamaba Tomasa Sánchez Pinilla, pero no sé si es hija de alguno de los hermanos Sanchez Ortiz y de cual; por lo que tengo entendido fueron nueve hermanos, aunque los dos más ilustres fueran Modesto y Gerardo. Te agradecería que te pusieras en contacto conmigo a ver si podemos aclarar un poco este árbol genealógico tan interesante. Gracias, un saludo. reinaldopb@hotmail.com